En la última década del
siglo XX se ha producido una multiplicación
en el desarrollo de investigaciones y teorías acerca de la
inteligencia. Uno de los aportes más
relevantes es el realizado por Howard Gardner, psicólogo de la cognición, quien
ha revitalizado la discusión sobre el tema por medio de su teoría de las
inteligencias múltiples y de la inteligencia emocional.
Breve historia de la
inteligencia emocional se relaciona con la cronología sobre los primeros
estudios de la inteligencia, tales como el del médico y antropólogo P. Broca,
quien a mediados del siglo XIX, estudió el cráneo humano y sus características,
y descubrió la ubicación del área del lenguaje en el cerebro. A su vez, F. Galton, primo de Darwin e
influenciado por su obra, estudió la inteligencia y afirmó que su factor más
importante es genético.
A. Binet, por su parte,
elaboró los primeros test de inteligencia formales, a fin de medir una aptitud
mental general. A la vez, en 1912, W.
Stern introdujo la denominación del CI (coeficiente intelectual) para medir la
inteligencia.
C. Spearman distinguió
un factor general de inteligencia y factores específicos relativos a
particularidades de la misma, y L. Thurstone los clasificó en comprensión
verbal, fluidez verbal capacidad para el cálculo, representación espacial,
rapidez perceptiva, memoria y razonamiento inductivo; clasificación que algunos
investigadores postulas como antecedente remoto de las inteligencias múltiples
(IM) de H. Gardner, quien ha explicado la inteligencia mediante la “Teoría de
las inteligencias múltiples”.
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